jueves, 20 de diciembre de 2012

Sobre el final


Cuando se cierre la puerta,
y las horas sean sólo agujas rotas,
y no exista el grito que reclame,
ni un mundo que ore de pie,
dejaré atrás el vestido que me cubre,
la tibieza de la almohada,
la furia de la palabra
y un montón de sueños
sin destino ni alas.
Cuando se oculten las llamas de la vida,
y la mirada se vuelva frágil espuma
habrá olas envolviendo promesas,
que el viento susurrante, suspenderá en el aire.
Cuando se apague la voz de la conciencia,
el silencio hablará por mí...
sólo el silencio...
de ángeles quedos en mi cuerpo.


Angeles Charlyne

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