Tantra
Sabía
que
me
estabas
esperando,
allí,
en
el
lugar
donde
los
árboles
azules,
y
cautivos,
amanecen
de noche,
sin
ordenadores
que
dirijan
la
vida,
ni
relojes
que
consuman
el
tiempo.
Allí,
cuando
tus
pasos
cansados
de
tanto
absurdo,
emprenden
el
camino,
huyen,
de
la
casa
en
ruinas,
descorren
la
maleza,
y
tienden
puentes,
para
llegar
al
sur
de
los
espejos,
hallar
la luz,
recoger
la
gota,
el
origen,
la
respuesta,
y
para
que
tú
y
yo,
por
fin,
a
solas…
nos
reencontremos,
y
comencemos
a
reconocernos.
Ángeles Charlyne
Del libro A Sangre y Buril
“Conexión”
-De la serie Equilibrio emocional-
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